Testimonio de: Bab
Es en su tienda dedicada a la infografía donde conocemos a Bab, de treinta (30) años, originario del barrio de Dar Naïm, en Nouakchott. En primer lugar, gracias a una de las numerosas asociaciones de vecinos presentes en Dar Naïm, Bab consigue superar su timidez, salir a reunirse con los jóvenes y hacer teatro en el estadio del barrio, teatro que los jóvenes suelen utilizar para popularizar. y resaltar los problemas sociales.
Efectivamente, Bab no logró obtener su bachillerato después de tres intentos, por lo que siguió una formación profesional en una escuela que ella describe como muy cara, además de informática. Fue también a través del Presidente de la Asociación Juvenil a quien se unió y de su discurso de sensibilización que supo de la existencia de Cáritas.
Bab ha seguido desde 2013 no menos de once cursos de formación, desde el desarrollo personal (que acabó dándole el valor de hablar en público) hasta la comunicación, incluida la alfabetización e incluso la violencia contra las mujeres. Bab también era cajera de la asociación mauritana No toques a mi hermana, que lucha contra la violencia de género. Cuando le preguntamos sobre su elección de hacer infografía, dice que al principio pensó que era un trabajo para hombres como muchos en Mauritania, pero aún así decidió seguir este camino porque le gustó y vio el hecho de consolidarse como mujer en este entorno de hombres como un desafío.
Desafortunadamente, admite que aún hoy, algunas personas todavía tienen dificultades para creer que su trabajo proviene de ella, debido a su género. Bab explica que gracias a lo aprendido en su alfabetización y formación empresarial (que anima a los jóvenes a emprender negocios con pocos medios) logró abrir su tienda porque "aprendió a comunicarse con la gente". Añade que, además, invirtiendo en artículos de segunda mano para revenderlos pudo financiar su tienda.
En un futuro próximo, a Bab le gustaría ampliar su tienda y tener sus propias máquinas para poder imprimir sus carteles y tener su propia imprenta, para no tener que recurrir a nadie más. Cuando se le pregunta por los cambios en su vida desde que siguió estos numerosos cursos de formación, Bab habla de cambios reales: ahora puede comunicarse con cualquiera, defender lo que dice, hacer su trabajo sin ayuda de nadie, puede satisfacer sus necesidades financieras como así como los de su pequeño hijo y ayudar a su familia.
Particularmente nos habla de su madre quien siempre la apoyó y la envió a una escuela privada para que pudiera triunfar y admite estar orgullosa de poder tomar el relevo para ayudar a su familia. Finalmente, Bab añade que le hubiera gustado poder realizar una formación en contabilidad además de su formación como cajera para saber realmente cómo gestionar sus cuentas.